Mar libre y azul
quiero y no puedo,
lo intento,
cierro los ojos,
mis entrañas se remueven
y caigo en una oscura desesperación.
Mi cuerpo tiembla,
no se encuentra.
Se busca,
te busca…
pero no te encuentra.
Y los pájaros llaman al día cantando,
y cesan su trino cuando el alba roza el horizonte,
observando ese ínfimo instante donde todo es puro,
sin empezar.
Dejarse llevar suena demasiado bien,
pero la realidad es otra,
la cuenta atrás se hace inminente.
Ya nada es lo mismo,
el pasado pesa y el futuro,
que era certero,
se desdibuja.
Y dejarse llevar suena demasiado bien,
dejarse llevar como la marea,
con la marea,
ser la marea,
las olas y las corrientes,
soñar y dormir tranquila
en un mar donde las tormentas son retos
y las tempestades aventuras.
Quiero que la arena acaricie mis pies
al compás de las olas,
y estar tumbada en la orilla
sintiendo la sal en mi cuerpo.
Quiero que las horas sean eternas
de momentos intensamente infinitos.
Quiero parar el tiempo en la locura
y beber mar salada hasta la hartura.
Jugar, reír, soñar, saltar, volar
y que no acabe.
Creer que el cielo es de algodón
y pintar sonrisas en tu piel.
Besar con pasión
y amar sin tormento.
Gritar, llorar,
correr bajo la lluvia.
Vivir descalza
y desnuda,
sin miedo,
sin tiempo,
sin adiós,
sin fin.
Libertad para decir verdades
y clamar te quieros.
Abrazando el presente,
tocando las estrellas,
amando al amor,
bebiendo el momento,
mordiéndote,
saboreándote.
Sí, saboreándote ¡a ti!
A ti tentación.
Quiero entrelazar mis dedos en tu pelo
y que mi nombre se escape de tus labios.
¡Ay tiempo!
Hagamos un trato,
dame momentos inolvidables
y yo viviré para y por ti.
Me dormí sin dormir
pensando que las ovejas me contaban.
Por fin me calmo,
un rubor de tranquilidad…
ya te escucho,
ya te oigo llegar,
a ti mi alma,
mi paz en una caracola,
sí a ti mar,
siempre y azul mar.
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